Ellos se distinguen por un brillo muy intenso en su aura,
destellos de luz de colores celestes suaves, blancos y trasparentes o
traslúcidos.
Su energía es muy sutil y vienen a fortalecer el camino ya
abierto por el niño índigo. Es pacífico, tierno, suave, sensible físicamente,
no tolera químicos y requiere de una alimentación vegetariana.
Su frecuencia es de paz y amor. Se preocupan y procuran a
las demás personas. Buscan su bienestar, son grandes amigos, prudentes y
sensitivos.
Tienen muy desarrolladas sus cualidades Espirituales.
Necesitan del contacto con la naturaleza para depurar energías negativas
absorbidas. Suelen ser más retraídos, callados y pensantes.
No toleran el ruido y huyen de la violencia.
Buscan la justicia, sin pelear ni discutir.
Requieren de la demostración de afecto, ya que son muy
cariñosos y atentos.
De bebés lloran poco y su mirada suele ser muy profunda y
sabia.
A veces se puede mal interpretar su necesidad de
aislamiento, como déficit de atención o algún tipo de autismo.
Están muy conectados con el mundo Espiritual, son creyentes
desde niños, necesitan meditar y explorar su mundo interno. Cuando un niño
Cristal te mira a los ojos, se comunica directamente con tu Alma y puede leer
casi todo de ti, pero sin juzgar.
Con ellos, necesitamos ser pacientes, principalmente muy
amorosos y no etiquetarlos. Hay que buscar nuevas formas de alimentación y
bienestar para su cuerpo, ya que son muy sensibles a los químicos de limpiezas
y los químicos de los alimentos. Cuanto más natural mejor.
Si tienes un niño Cristal en tu familia, es una verdadera
Bendición, bésalo, ámalo, acarícialo y dale todo tu amor, es lo único que
necesita. Él/ella, viene a llenar de Luz y Amor tu vida. Te ayudará a elevar tu
frecuencia vibratoria tan sólo con estar cerca.
Suelen venir de las diferentes estrellas de la constelación
de Sirio, y algunos de Osa mayor.
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